Empresas con propósito, economía con futuro

Durante décadas, el éxito de una empresa se midió únicamente en términos financieros. Pero hoy, frente a desafíos globales como la desigualdad, el cambio climático y la exclusión, surge una nueva exigencia: que las empresas no solo generen ganancias, sino también bienestar colectivo. En este contexto, cobra fuerza la propuesta de la Ley BIC (Beneficio e Interés Colectivo), una figura legal que busca reconocer oficialmente a las compañías que operan con propósito social y ambiental.

Las empresas BIC no se limitan a maximizar utilidades. Su modelo de negocio está diseñado para resolver problemas reales, generar valor económico y, al mismo tiempo, contribuir al desarrollo sostenible. Este enfoque ya ha sido adoptado en países como Estados Unidos, Colombia, Chile y Perú, donde las empresas con propósito cuentan con respaldo legal y han demostrado que la rentabilidad y la responsabilidad pueden ir de la mano.

En México, muchas organizaciones ya operan bajo principios de sostenibilidad, pero no existe un marco jurídico que las reconozca ni las respalde. La Ley BIC llenaría ese vacío y ofrecería una estructura legal que permita:

  • Equilibrar la rentabilidad con la responsabilidad social y ambiental.
  • Brindar certeza jurídica a inversionistas de impacto.
  • Promover la transparencia y la rendición de cuentas.
  • Fomentar una cultura empresarial más humana y sostenible.


Uno de los pilares de esta propuesta es que las empresas BIC reporten anualmente su impacto social y ambiental, asegurando que sus decisiones estén alineadas con su propósito. Esto representa un cambio de paradigma: las empresas dejarían de pensar solo en sus accionistas para considerar también a sus colaboradores, comunidades y al medio ambiente.

Los beneficios de esta ley son múltiples. En primer lugar, atraería inversión responsable, es decir, capital que busca generar un impacto positivo además de rendimientos financieros. También impulsaría la innovación social, al fomentar soluciones creativas a problemas estructurales. Además, permitiría a las empresas atraer y retener talento comprometido, especialmente entre las nuevas generaciones que valoran trabajar en organizaciones con propósito. Y finalmente, fortalecería la reputación corporativa, generando mayor confianza, lealtad y valor a largo plazo.

“El propósito no es un lujo ni una moda: es el futuro de los negocios”, afirman quienes impulsan esta iniciativa. La Ley BIC podría ser la herramienta que México necesita para avanzar hacia una economía más consciente, resiliente y justa, donde el éxito se mida no solo en pesos y centavos, sino también en el impacto positivo que las empresas generan en la sociedad y el planeta.


 
Fuentes bibliográficas
 
  1. Sistema B México. (2024). Empresas con propósito: hacia un marco legal BIC en México. 
  2. Congreso de la Unión (México). Iniciativa de Ley General de Sociedades Mercantiles en materia de Sociedades de Beneficio e Interés Colectivo (BIC). Gaceta Parlamentaria, LXV Legislatura.
  3. Benefit Corporation (B Lab). (2023). The Impact of Benefit Corporations in Latin America.
  4. CEPAL (2022). Empresas con propósito: modelos de negocio sostenibles en América Latina.
  5. Forbes México (2024). Empresas BIC: una oportunidad para el desarrollo sostenible del país.

— Adriana Duarte

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