Durante su tradicional conferencia matutina, ahora nombrada *“Las Mañaneras del Pueblo”*, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo hizo un emotivo llamado a valorar lo que somos como nación, a sentirnos profundamente orgullosos de nuestra historia, de la dignidad del pueblo y, sobre todo, de la resistencia de los pueblos indígenas y afromexicanos que han sido, desde siempre, la base espiritual y cultural de México.
Con un tono cercano, firme y claro, la mandataria subrayó que, a diferencia de lo que ocurrió en los años del neoliberalismo, hoy el país ha recuperado su autoestima, su identidad y su fuerza gracias al movimiento de la Cuarta Transformación. “No estaban orgullosos de su pueblo ni de su historia, ni de su cultura, eso fue lo que pasó con los presidentes del neoliberalismo: nunca admiraron a México”, expresó al recordar cómo gobiernos anteriores pusieron la mirada en modelos extranjeros, dejando de lado lo propio. Y agregó con contundencia: “Está bien admirar otros pueblos y otros países, pero como México no hay dos”.
Sheinbaum aseguró que hoy existe un cambio profundo en la forma de entender y conducir al país. Un cambio que parte del reconocimiento de que el pueblo de México tiene una historia milenaria, rica y valiente, y que las culturas originarias no solo merecen respeto, sino también un lugar central en la vida pública. “Hay que estar muy orgullosos de nuestra historia, de la dignidad del pueblo, de la resistencia de los pueblos indígenas, de lo que representa México. Somos un gran país, extraordinario”, dijo, visiblemente emocionada.
En un contexto donde el país apuesta por el fortalecimiento de sus raíces y su diversidad, la presidenta destacó que esta etapa del gobierno no gira en torno a una sola figura, sino al poder colectivo de la ciudadanía. “Lo importante es que hay pueblo, hay mucho pueblo, y eso es lo que nos da la fuerza. No es la Presidenta, es este movimiento de Transformación que no solamente ha sido importante en el país, sino que hoy es reconocido en el mundo entero”, expresó.
Esta visión, explicó, es parte de lo que significa gobernar con el pueblo, reconociendo su historia, su lucha y su aportación a la construcción diaria del México moderno. Desde las comunidades rurales hasta las grandes ciudades, desde las lenguas indígenas hasta el español mestizo, desde los saberes ancestrales hasta la innovación social y tecnológica: todo lo que somos se convierte hoy en la base para un país más justo, orgulloso y soberano.
Claudia Sheinbaum concluyó reiterando que la Cuarta Transformación es, en esencia, un acto de dignidad colectiva, que reivindica lo que es México: su fortaleza física, moral y sus valores. Un mensaje claro y firme que, más allá de discursos oficiales, busca tocar el corazón de millones de mexicanas y mexicanos que hoy, más que nunca, miran al país con esperanza, con fe y con orgullo.