Foto: Rodolfo Angulo (Cuartoscuro)
La nueva titular de la Fiscalía General de la República (FGR), Ernestina Godoy Ramos, logró su primer gran acierto al ordenar la detención del exgobernador de Chihuahua, César Duarte, ahora acusado de lavado de dinero. La orden fue ejecutada tras obtener de Estados Unidos la autorización para procesarlo por un nuevo cargo federal distinto al que ya enfrentaba por desvío de recursos y asociación delictuosa.
Duarte, quien gobernó Chihuahua de 2010 a 2016, se convirtió en un símbolo del desfalco estatal: se le atribuyen desvíos millonarios, compras de propiedades con recursos públicos y supuestos sobornos durante su administración.
Aunque había sido extraditado en 2022, Duarte mantenía en su contra procesos judiciales bajo libertad condicional gracias a decisiones locales; sin embargo, con la nueva acusación federal, perdió esos privilegios y será trasladado al penal federal de máxima seguridad del Altiplano.
El arresto marca un giro en la estrategia de la FGR: refleja una intención de retomar casos largamente estancados y combatir la impunidad de exfuncionarios investigados por corrupción. Para muchos, supone una señal clara de que la Fiscalía renovada busca dar golpe en casos de alto perfil.


