En una sesión solemne y cargada de simbolismo, el Senado de la República dedicó parte de su jornada a rendir homenaje a dos figuras de profundo impacto histórico y espiritual: Miguel Ramos Arizpe, considerado el padre del federalismo mexicano, y el Papa Francisco, jefe del Estado Vaticano.

Con el respaldo de todas las fuerzas políticas representadas, las y los senadores aprobaron inscribir en letras doradas en el Muro de Honor del recinto legislativo la leyenda:
“Miguel Ramos Arizpe. Padre del federalismo mexicano.”

Este reconocimiento busca rendir tributo al jurista y político coahuilense, cuya visión sentó las bases para la organización federal del país, defendiendo desde el siglo XIX la autonomía de los estados y el equilibrio de poderes. La inclusión de su nombre en este espacio emblemático es, en palabras de varios senadores, “un acto de justicia histórica”.

Ramos Arizpe fue diputado en las Cortes de Cádiz y un defensor incansable del modelo federal, lo que lo convirtió en figura clave para la configuración del México moderno. Su pensamiento aún resuena en la estructura del país, y su legado fue celebrado con discursos que destacaron su claridad política y compromiso con la nación.

Silencio y aplausos por el Papa Francisco

En otro momento emotivo de la sesión, el Pleno guardó un minuto de silencio en memoria de Jorge Mario Bergoglio, conocido mundialmente como el Papa Francisco, tras el anuncio de su fallecimiento.

Posteriormente, las y los senadores se pusieron de pie y ofrecieron un minuto de aplausos, como señal de respeto, admiración y reconocimiento a su vida, su liderazgo espiritual y su influencia global. El gesto fue descrito como “un homenaje desde el corazón del poder legislativo mexicano a un hombre que predicó con el ejemplo, siempre a favor de los más necesitados, la paz y el diálogo entre naciones”.

Ambos actos reflejan la dimensión humana de la política cuando reconoce la trascendencia de quienes han dejado huella en la historia y en los corazones.