No sufras.
A nadie le va tan bien como parece que le va en esta red social . <<Instagram>>

Nadie es tan feliz, está tan buena o vive una vida tan maravillosa.

No te preocupes, relájate.

Esto no es una carrera, es la vida.
Alguien te la ha regalado y estoy seguro que no te la dieron para correr.

Te la regalaron para vivir.

Ayer celebraba mi cumpleaños y hablaba con un buen amigo del éxito.

Joder, el éxito.

En un momento de la conversación, él me decía:

• Ahora te va guay ¿no?

No.
Yo también tengo mierda debajo de la alfombra, chaval.

Tengo días malos, inseguridades y hay un par de momentos en cada semana que no puedo con la vida.

Y dudas.

Hablemos de triunfar.

¿Sabes quién triunfa?

El que fracasa y se vuelve a levantar. Joder, ese sí que triunfa.
El que se arruina y lo vuelve a levantar todo.

Para mí una forma extremadamente sutil de éxito es ser educado con alguien que ha sido muy maleducado contigo.
Cuando alguien hace esto delante de mí, siempre pienso:
“Qué exitoso”.

Pruébalo.

Triunfar es mantener la calma cuando todo se va a la mierda
porque todos sabemos que lo importante no es lo que nos pase, sino cómo nos comportemos ante lo que nos pase.
Porque, a veces, shit happens.

El éxito es que más de diez personas sepan exactamente la cara que pones cuando suena tu canción favorita.

El éxito es que hablen mal de ti cuando estás delante y bien de ti cuando tú no estás.

Triunfar es beber para celebrar y nunca, nunca, nunca jamás ahogar las penas.
Para ahogar las penas se trabaja, se soluciona y luego entonces —y solo entonces— bebes para celebrar.

El éxito es que los lunes no te apesten.
Si los lunes te matan, cambia algo en tu vida porque algo no va bien.

El éxito es tener la mente abierta
y no tener miedo al cambio, al nuevo o a lo que viene de fuera.

Si crees que un pavo que llega en una barca, asustado, sin un puto duro, sin conocer tu idioma y sin ningún tipo de círculo social te va a quitar el trabajo,
háztelo mirar.

El éxito está en ti.
No aquí.

Nunca aquí.

No busques el éxito aquí.

Aquí no está.

Está en tu pecho.