La UNAM celebra el Día Mundial de la Salud con acciones para el bienestar de su comunidad

Foto: Dirección General de Comunicación Social UNAM

Con talleres, conferencias y módulos interactivos enfocados en el cuidado integral del cuerpo y la mente, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) llevó a cabo la Feria Día Mundial de la Salud, una jornada con la que reafirmó su compromiso por fomentar el bienestar físico, emocional y social de su comunidad. Esta iniciativa tuvo lugar en diversas sedes universitarias, principalmente en la Dirección General de Atención a la Salud (DGAS) y el Universum, Museo de las Ciencias, donde participaron especialistas, estudiantes, académicos y colectivos de bienestar.

Durante el evento, Fernando Macedo Chagolla, secretario de Servicio y Atención a la Comunidad Universitaria, reconoció que el trabajo que realiza el personal de salud de la UNAM, especialmente en campañas como la de salud sexual, es vital para garantizar que las y los estudiantes tengan un desarrollo académico exitoso. “Cada alumno y alumna que se atiende se convierte en una posible solución para algunos de los desafíos que enfrenta la sociedad”, afirmó, al recordar que este año el lema global es “Comienzos saludables, futuros esperanzadores”.

Gustavo Olaiz Fernández, titular de la DGAS, expuso cifras que reflejan los avances en salud sexual y reproductiva dentro de la institución. En el ciclo escolar 2024-2025, de los 33 mil jóvenes que ingresaron al bachillerato, solo 34 —menos del 0.1 por ciento— presentaron embarazos. En licenciatura, se reportaron mil casos, pero el 70 por ciento de ellos fueron de alumnas que ingresaron por examen de admisión, lo que sugiere que las estrategias de prevención funcionan especialmente entre quienes provienen del bachillerato de la UNAM. “La UNAM está haciendo su trabajo, está previniendo el embarazo en adolescentes, y eso les brinda mejores oportunidades de concluir sus estudios”, puntualizó.

Acompañado por Cuauhtémoc Solís Torres, director de Normatividad y Desarrollo Humano de la DGAS, y por otros funcionarios universitarios, destacó que aún hay 250 embarazos entre alumnas del nivel medio superior, cifra que puede seguir disminuyendo con programas educativos y de salud más eficaces.

Por su parte, Gabriel Rivero González, director de Atención Médica de la DGAS, mencionó que al conmemorarse el 77 aniversario de esa instancia, se refrenda el compromiso con la salud integral. La feria no solo ofreció servicios médicos, sino que también fortaleció el vínculo entre ciencia y salud desde una perspectiva formativa y preventiva.

En Universum, el enfoque estuvo centrado en la salud materno-infantil, el tema elegido este año por la Organización Mundial de la Salud. Amy Salazar, curadora educativa de las salas de Salud y Sexualidad, explicó que se organizaron actividades lúdicas y talleres para niñas, niños, adolescentes y adultos. Entre los más destacados se encuentran el del colectivo Está bien no estar bien, que abordó estrategias para el manejo de ansiedad y emociones, y el taller ¿Mamá, qué me heredas?, donde se discutió cómo influyen factores como la alimentación, el sueño o el consumo de sustancias en el desarrollo del embrión.

También se presentaron talleres de biociencias sobre parásitos zoonóticos, observación de organismos al microscopio y una charla sobre el uso de venenos animales en la elaboración de medicamentos. Además, se ofrecieron pruebas como la medición de glucosa, estudios de hemoglobina y análisis de bioimpedancia para conocer la composición corporal de los asistentes.

Uno de los momentos más reflexivos de la jornada fue la conferencia magistral de Jennifer Hincapie Sánchez, directora del Programa Universitario de Bioética de la UNAM, quien subrayó la relevancia de incorporar valores humanistas en el quehacer médico. “La bioética es una guía que orienta nuestra reflexión sobre cuáles son los límites y alcances del progreso tecnológico, pero también los que tenemos desde la profesión médica”, afirmó.

La académica explicó que la salud debe entenderse como una experiencia compleja que involucra aspectos físicos, sociales, biológicos y psicológicos. Agregó que el respeto a la autonomía del paciente implica reconocer sus emociones, conocimientos y limitaciones temporales, como el miedo, la tristeza o la ansiedad. En esos casos, dijo, se recurre a la autonomía conjunta, donde el profesional de la salud participa en la toma de decisiones.

Sobre el consentimiento informado, señaló que “es un proceso de comunicación que debe excluir la persuasión, la coacción y la manipulación”. Para ella, el enfoque ético frente a la vulnerabilidad del paciente debe centrarse en salvaguardar su dignidad, garantizar una atención justa y fomentar una participación activa en su tratamiento.

Con este tipo de iniciativas, la UNAM no solo conmemora fechas clave como el Día Mundial de la Salud, sino que también impulsa políticas universitarias que integran ciencia, ética, educación y servicios concretos de atención para quienes integran su comunidad. Un compromiso que, más allá del discurso, se vive todos los días dentro y fuera de sus aulas.

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