Foto: X/@LBallesterosM
Laureano no se toca, y ahora, por ley, no se podrá tocar jamás.
El emblemático laurel de la India, ubicado en Miguel Laurent 48, esquina Fresas, en la colonia Tlacoquemécatl del Valle, ha sido oficialmente declarado patrimonio monumental, una figura jurídica que garantiza su preservación total, tanto de su follaje como de sus raíces. La noticia representa una victoria histórica para la ciudadanía organizada, y una señal clara de que cuando la comunidad se une, el entorno se defiende.
Después de días de movilización, recolección de firmas, diálogo y resistencia pacífica, este martes se celebró una reunión clave entre vecinos organizados, autoridades de la Secretaría del Medio Ambiente de la CDMX, la alcaldía Benito Juárez y representantes de la obra en cuestión. El resultado fue contundente: Laureano se queda, y con él, la esperanza de una ciudad que aún puede respirar.
“Estamos muy contentos porque logramos salvar a Laureano, pero también daremos la batalla para hacer de esta figura del patrimonio monumental la garantía y cuidado para otros árboles de la alcaldía amenazados por construcciones”, compartió Patricia Solano, una de las principales voces ciudadanas en defensa del árbol, al salir de la reunión.
Y no sólo se salva Laureano. La protección también se extenderá a otros árboles del perímetro, incluyendo un colorín y una palmera, que forman parte del ecosistema urbano del predio.
El acuerdo alcanzado incluye la aceptación de varios puntos del pliego petitorio presentado por los vecinos, entre ellos:
La realización de tres dictámenes técnicos sobre el proyecto y su posible impacto al árbol: uno por parte del desarrollador, otro por SEDEMA y uno más por los propios vecinos.
Que el trazo de la obra se ajuste a la ubicación de Laureano, respetando íntegramente su lugar, copa y raíces.
Y, lo más importante: que la figura de “patrimonio monumental” se extienda a otros árboles que enfrenten situaciones similares, como el caso de Eugenio, otro ejemplar bajo amenaza.
“Esto denota que la unión hace la fuerza. Gracias a Laureano se abre la posibilidad de que otros árboles sean nombrados como patrimonios monumentales con valor ambiental, social y cultural por parte de la SEDEMA”, añadió Patricia, rodeada de vecinos que no soltaron la mano del árbol… ni de la lucha.
Esta declaración no sólo es una medida de protección legal: es un reconocimiento al valor del entorno, a su historia y al vínculo emocional que los habitantes tienen con su colonia. Laureano no es sólo un árbol; es un testigo de generaciones, un símbolo de identidad y un pulmón vivo en medio de una ciudad que a veces olvida que el progreso no puede avanzar sobre la naturaleza.
“Agradecemos a todos los vecinos y habitantes de la alcaldía y otras colonias que se solidarizaron con esta causa, a los medios de comunicación que dieron seguimiento y acompañamiento, porque esta victoria es de todas y todos los ciudadanos de esta capital”, finalizó Patricia.
Desde Página13 celebramos esta noticia con profunda alegría. Nos honra haber acompañado esta causa desde sus inicios, amplificando la voz ciudadana y respaldando con todas nuestras plataformas la defensa de Laureano. Hoy, gracias a ustedes, hay más sombra, más oxígeno y más futuro.
A quienes firmaron, compartieron, se presentaron en la esquina de Miguel Laurent, escribieron mensajes de apoyo o simplemente creyeron que sí se podía, nuestro agradecimiento más sincero. Este logro no sería posible sin ustedes.
Y aunque Laureano está a salvo, esta lucha no termina. Sigamos atentos, sigamos organizados, sigamos cuidando la vida que crece en silencio entre concreto y semáforos. Porque cuando salvamos un árbol, también nos salvamos a nosotros mismos.
Gracias por demostrarnos que sí se puede. Página13 seguirá aquí, contando su historia.