Desde Manzanillo, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, dio el banderazo de salida a la construcción de los puentes Tepalcates II, Presa Trancas y El Chical, obras que forman parte de una estrategia integral para fortalecer la conectividad y el desarrollo en Colima. “Manzanillo ya es el tercer puerto de América Latina, pero lo vamos a hacer el primero”, afirmó la jefa del Ejecutivo federal.
La construcción de estos tres puentes se suma a los trabajos iniciados este año en el Libramiento Arco Norte y Arco Sur, y a los proyectos programados para 2026, que incluyen los puentes Las Tunas, Barrio V, Ingreso principal a Manzanillo y La Flechita. En conjunto, representan una inversión de casi 2 mil millones de pesos y una extensión de 4 kilómetros.
“Hoy estamos para dar el banderazo de salida de este puente y otros dos puentes en Colima (…) y también informamos de otros puentes vehiculares que vamos a desarrollar a partir de 2026 para la zona metropolitana de Manzanillo”, señaló Sheinbaum, al destacar que el desarrollo portuario debe ir acompañado de bienestar para toda la población.
La presidenta anunció que entre 2025 y 2026, Colima recibirá una inversión total de casi 4 mil millones de pesos, con el objetivo de generar desarrollo con bienestar para las y los colimenses. “No tendría sentido que hubiera desarrollo de un puerto tan importante y que no hubiera el desarrollo que acompañe a todo el estado”, puntualizó.
El secretario de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, Jesús Esteva Medina, detalló que el Puente Tepalcates II tendrá una inversión de 750 millones de pesos, como parte de la Autopista Armería–Manzanillo. Los puentes Presa Trancas y El Chical serán reconstruidos tras los daños ocasionados por el Huracán Lidia. Estas obras generarán 12 mil empleos directos e indirectos, según informó.
La gobernadora de Colima, Indira Vizcaíno Silva, destacó que en el corredor carretero del estado se invierten 20 mil millones de pesos, y que el puente Tepalcates II se construirá con criterios de conservación ambiental, sin afectar el cuerpo de agua de la Laguna de Cuyutlán.
Con esta inversión histórica, el Gobierno de México reafirma su compromiso con el desarrollo regional, la conectividad estratégica y el bienestar de las comunidades colimenses.