Foto: Dirección General de Comunicación Social UNAM
El diseño gráfico es mucho más que un oficio estético, es una herramienta poderosa para crear conciencia social y acercar mensajes significativos a la población, afirmó Ana María Cárdenas Vargas, jefa del Programa de Diseño Gráfico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, de la UNAM. Según explicó, esta disciplina permite que las empresas tengan identidad, los productos una imagen coherente y que la ciudadanía esté en contacto con conceptos relevantes para el bienestar y la movilidad social.
En entrevista, la especialista destacó que el diseño gráfico es un campo de constante innovación y emprendimiento, pues ofrece la posibilidad de desarrollar ideas y conceptos novedosos que impactan directamente en la sociedad. “Los profesionales de esta disciplina visibilizamos pensamientos, mensajes y necesidades de la sociedad, la industria y la cultura, en distintos niveles”, puntualizó.
Cárdenas Vargas subrayó que los diseñadores gráficos tienen la capacidad de relacionarse con todos los ámbitos, desde la industria hasta las instituciones o proyectos con sentido social. Gracias a su labor, se pueden diagnosticar necesidades y plantear soluciones creativas y funcionales. “Mucha gente piensa que la inventiva es que se nos ocurren cosas bonitas, y no; es una herramienta mental que nos ayuda en la búsqueda de soluciones, que del abanico de posibles podamos diagnosticar cuál es la más viable o la más pertinente para solucionar algo”, explicó.
Aunque actualmente se apoyan en herramientas como la inteligencia artificial para potenciar sus propuestas, la clave del diseño gráfico sigue siendo la creatividad y la concepción de ideas que generen un verdadero impacto social. Cárdenas Vargas consideró que esta combinación de recursos tecnológicos y creatividad es indispensable para hacer frente a los desafíos de comunicación y visibilidad que enfrentan muchas empresas y comunidades.
En la FES Acatlán, donde ella dirige el programa, se atiende a mil 335 estudiantes de esta licenciatura, que cuenta con 120 profesoras y profesores. Además, un porcentaje significativo de estudiantes de semestres avanzados combina el estudio con el trabajo, lo que demuestra la alta demanda y pertinencia de esta carrera. “La carrera tiene una alta vinculación con la incubadora de negocios. Promovemos que los estudiantes empiecen a desarrollar sus emprendimientos, hagan una estrategia de negocios, un plan de desarrollo profesional y tengan una curva de crecimiento tanto personal como profesional”, precisó.
El impacto de esta formación se refleja también en la creación de nuevos proyectos y empleos. Entre 30 y 35 por ciento de los egresados de la carrera ya cuentan con proyectos propios que generan oportunidades para otras personas. Esta dinámica emprendedora y socialmente comprometida fortalece el papel del diseño gráfico como un motor de cambio.
Según datos de Data México, del Gobierno Federal, para el tercer trimestre de 2024 había más de 60 mil 900 diseñadoras y diseñadores gráficos trabajando en México, con una edad promedio de 33.7 años. La mayor parte de esta fuerza laboral se concentra en la Ciudad de México, el Estado de México y Nuevo León, lo que refleja la importancia de esta disciplina en las regiones más dinámicas del país.
En palabras de Ana María Cárdenas Vargas, el diseño gráfico seguirá siendo un vehículo esencial para impulsar proyectos con sentido social, fortalecer identidades y abrir espacios de diálogo entre la sociedad, las industrias y las instituciones, siempre con la mirada puesta en el bienestar colectivo.