Foto: UNAM Global
¿Te has preguntado qué efectos tiene en tu salud depender de medicamentos para poder dormir? Especialistas de la Clínica de Trastornos del Sueño (CTS) de la UNAM advierten sobre los peligros del uso irracional de fármacos para controlar el insomnio, una práctica que puede traer consecuencias graves tanto a nivel físico como mental.
De acuerdo con Rafael Santana Miranda, responsable de la CTS de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional, casi el 50 por ciento de los pacientes que acuden a esta clínica lo hacen por problemas de insomnio. Aunque a nivel global la prevalencia ronda el 20 por ciento, durante la pandemia por COVID-19 esa cifra llegó al 40 por ciento. Según el especialista, más de un tercio de las personas en edad productiva no duerme lo necesario, lo que impacta de manera importante en la salud pública. Factores como el estrés laboral, los turnos rotatorios, los largos traslados y una mala higiene del sueño agravan este problema en nuestra sociedad actual.
El insomnio no solo implica dificultad para conciliar o mantener el sueño, sino que también afecta el desempeño diario, la salud mental y la calidad de vida. Existen dos tipos: el agudo, que todos podemos experimentar en algún momento, y el crónico, que se prolonga más allá de tres meses. Este último está relacionado con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades como ansiedad, depresión, y padecimientos cardiovasculares o metabólicos.
Aunque existen tratamientos efectivos no farmacológicos, el uso de medicamentos es una práctica muy frecuente. En el estudio “Uso irracional de medicamentos en adultos con insomnio: un estudio observacional en una clínica del sueño en México”, publicado en la revista Pharmacy, se documentó que el 92 por ciento de los participantes usaban fármacos de manera no recomendable. Ulises Jiménez Correa, investigador de la CTS y coautor del artículo, señala que el 47 por ciento de los pacientes consumía medicamentos inapropiados, el 43 por ciento los utilizaba durante más tiempo del indicado, y muchos de ellos recurrían a benzodiacepinas y antipsicóticos sin la supervisión adecuada.
Entre los medicamentos más consumidos se encuentran el clonazepam y el alprazolam (benzodiacepinas), el zolpidem (de las sustancias no benzodiacepínicas), y otros como la pregabalina, la carbamazepina, la quetiapina y la olanzapina. Estos fármacos, aunque útiles en ciertos casos, presentan riesgos importantes cuando se utilizan sin el control adecuado: dependencia, tolerancia, síndrome de abstinencia, somnolencia diurna severa, alteraciones de la memoria, riesgo de caídas en adultos mayores y problemas metabólicos.
La automedicación, la prescripción inapropiada y la falta de acceso a especialistas en trastornos del sueño son factores que han fomentado este uso irracional. Las consecuencias no solo afectan a quienes padecen insomnio: también incrementan los costos en servicios de salud, disminuyen la productividad y aumentan el riesgo de accidentes laborales y de tránsito. Dormir menos de seis horas por noche, por ejemplo, triplica el riesgo de accidentes automovilísticos.
Para tratar el insomnio de manera adecuada, Rafael Santana Miranda recomienda la terapia cognitivo-conductual, que ha demostrado ser igual de efectiva que los medicamentos, pero sin efectos secundarios. Esta terapia se basa en mejorar la higiene del sueño, es decir, establecer horarios regulares para dormir, reducir el uso de pantallas antes de acostarse, evitar la cafeína y el alcohol por las noches, y crear un ambiente adecuado para el descanso: sin ruidos, sin luces intensas y con una temperatura confortable.
Dormir bien es tan vital como alimentarse de manera adecuada o hacer ejercicio. Por ello, Santana Miranda enfatiza la importancia de que los profesionales de la salud reciban mejor capacitación sobre los trastornos del sueño, para evitar prescribir fármacos de manera inapropiada y fomentar alternativas más efectivas.
En 2025, el Día Mundial del Sueño se celebrará el 14 de marzo bajo el lema “hacer de la salud del sueño una prioridad”. Esta fecha busca visibilizar la importancia del sueño para la salud pública y cuenta ya con más de 500 delegados de más de 70 países comprometidos en la prevención de los trastornos del dormir. La celebración es impulsada por el Comité del Día Mundial del Sueño de la Sociedad Mundial del Sueño, con el objetivo de concientizar sobre la necesidad de atender el sueño como un aspecto fundamental de la vida diaria.
Cuidar nuestro descanso no es un lujo: es una necesidad vital. Si tienes problemas persistentes para dormir, buscar ayuda profesional puede marcar la diferencia entre vivir plenamente o arrastrar los efectos de un insomnio mal tratado.