La UNAM rescata Los Manantiales de Xochimilco, una joya arquitectónica de Félix Candela

Foto: UNAM Global

En el corazón de Xochimilco, al sur de la Ciudad de México, se erige una obra arquitectónica única que ha logrado resistir el paso del tiempo y los retos estructurales. Los Manantiales, un edificio emblemático diseñado por Félix Candela Outeriño, ha sido restaurado recientemente por un equipo de especialistas liderado por la Facultad de Arquitectura (FA) de la UNAM. Esta obra, realizada en 1958, es considerada una de las grandes joyas de la arquitectura mexicana del siglo XX, además de un testimonio del impacto que tuvo el exilio español en México.

La estructura, que desde una vista aérea parece una flor blanca con ocho pétalos flotando sobre los canales de Xochimilco, fue un reto arquitectónico para Candela, quien logró revolucionar el uso del cascarón de concreto armado, una técnica innovadora que le permitió crear edificaciones ligeras pero sumamente resistentes. Juan Ignacio del Cueto Ruiz-Funes, director de la FA durante el periodo 2021-2025, destacó que esta obra consolidó la fama de Candela a nivel internacional, quien ya había comenzado a destacarse con el Pabellón de Rayos Cósmicos en Ciudad Universitaria en 1951.

El impacto de Candela en la arquitectura moderna de México es innegable, pero con el tiempo, Los Manantiales sufrió daños estructurales, especialmente después del sismo de 2017. El terreno chinampero de Xochimilco, que históricamente ha presentado problemas de subsuelo por la extracción de agua, había comenzado a ceder, lo que afectó la estabilidad del edificio. Los cimentaciones de la estructura se vieron gravemente comprometidas, lo que puso en peligro su existencia.

Ante esta situación, un equipo interdisciplinario formado por expertos de la UNAM, estudiantes de servicio social, el Instituto de Ingeniería, y empresas privadas se unieron al esfuerzo de restauración. El trabajo fue posible gracias al apoyo del gobierno federal a través del Programa Nacional de Reconstrucción. Según Andrés López García, profesor de la FA y director del proyecto de restauración, el trabajo consistió en tres fases fundamentales: primero, se apuntalaron los cimientos y se colocaron vigas de acero; luego, se instalaron pilotes en la cimentación; y finalmente, se reconstruyó el cascarón deformado, conservando las partes que aún eran funcionales.

La restauración no solo preservó una pieza clave del patrimonio arquitectónico, sino que también revivió la importancia de Los Manantiales como un símbolo de la creatividad de Candela. Este edificio, que fue restaurado tras un devastador incendio en 1957, se convirtió en un lugar icónico para la vida social y cultural de la ciudad, especialmente en la década de 1950, cuando fue el punto de encuentro de figuras del mundo artístico y político.

Los Manantiales destaca por su estructura innovadora: una bóveda de ocho gajos formada por paraboloides hiperbólicos intersecados, lo que le permite cubrir un área de casi 900 metros cuadrados con un mínimo de material. La edificación se sostiene gracias a enormes trabes que, a pesar de ser invisibles, dan la sensación de una estructura ligera y fluida, como si flotara sobre el paisaje de Xochimilco.

A lo largo de su carrera, Félix Candela dejó un legado monumental en México, realizando alrededor de 800 obras en todo el país, desde el Palacio de los Deportes hasta varias estaciones del metro, y su influencia ha llegado incluso más allá de nuestras fronteras. Los Manantiales, además de su belleza geométrica, representa un ejemplo claro de sustentabilidad en la arquitectura, ya que sus cascarones permiten cubrir grandes espacios con un uso mínimo de materiales.

Ahora que la restauración de esta emblemática obra ha concluido, hay planes para integrarla a un proyecto urbano más amplio en la zona. Según Juan Ignacio del Cueto, la idea es conectar Los Manantiales con otros edificios cercanos, como la Casa de Bombas de Nativitas y el restaurante Las Flores, también diseñado por Candela, para crear un parque público que impulse el desarrollo de la comunidad y permita a los habitantes de la zona apropiarse de estos espacios culturales.

La restauración de Los Manantiales es un ejemplo del compromiso de la UNAM y la colaboración con diversas entidades para preservar el patrimonio histórico y cultural de México, asegurando que futuras generaciones puedan disfrutar de estas maravillas arquitectónicas que forman parte de nuestra identidad nacional.

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