“Llamar ‘ambiciosa’ a una alcaldesa desata críticas contra Noroña”

Foto: Coordinación de Comunicación Social – Senado de la República 

Declaraciones que encendieron la polémica

Durante una de sus intervenciones públicas, el senador Fernández Noroña cuestionó las aspiraciones políticas de Grecia Quiroz, señalando que en su caso “la ambición se le despertó” y que buscaría llegar a la gubernatura de Michoacán.
Aun cuando las críticas ya fluían, el legislador insistió ante la tribuna en que su señalamiento no era un ataque personal, sino una valoración de “posición política”: calificó las propuestas de Quiroz como de “ultraderecha fascista” y sostuvo que su llamado buscaba advertir sobre riesgos al proyecto político de su partido. 

Reacciones en el Senado y del gobierno

Su evaluación generó rechazo casi inmediato. Legisladoras de la oposición y la titular de Secretaría de las Mujeres, Citlalli Hernández, exigieron respeto y empatía en el debate público. 
Hernández enfatizó que la crítica política es legítima, pero debe evitar lenguaje que perpetúe estereotipos o violencia contra las mujeres: “Se puede debatir, pero sin misoginia ni machismo”. 
Por su parte, la senadora Carolina Viggiano, del PRI, calificó los comentarios de Noroña como misóginos y acusó al senador de usar la tragedia personal de Quiroz —viuda de un alcalde asesinado— para desacreditar sus demandas.

Contexto: duelo, justicia y derechos políticos

El reproche a Noroña ocurre en un contexto delicado: Quiroz perdió a su esposo, el edil Carlos Manzo, cuyo asesinato — aún sin resolverse públicamente — generó exigencias de justicia hacia integrantes del partido del senador. 
La defensora de derechos, así como legisladoras, advirtieron que tildar de “ambiciosa” a una mujer que busca justicia tras una tragedia personal y pretende ocupar cargos públicos equivale a minimizar su dolor, deslegitimar su voz y reproducir estigmas sobre género y poder.

¿Por qué genera morbo mediático y social?

  • Porque cuestiona la aspiración política de una mujer que enfrenta una pérdida grave, tocando sensibilidades de justicia, género y violencia.

  • Porque lo hace desde un cargo público con visibilidad, lo que obliga al debate sobre respeto, lenguaje y límites éticos en la política.

  • Porque en un contexto donde la violencia contra mujeres y sus derechos políticos son temas urgentes, el uso de calificativos como “ambiciosa” o “fascista” abre la puerta a discusiones sobre misoginia institucionalizada.

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