Es el sabernos amados y guiados, es el apreciar, sentir y agradecer la seguridad de ese abrazo con calidez, con olor, con presencia.
Es un sentimiento de pertenencia que en su silencio nos comparte la fuerza del amor incondicional.
Pasará el tiempo, correrá la vida, pero para ella, para nuestra Ma, por siempre, seremos sus chiquitos, a quienes, con dulce mirada cuida, vigila, y protege en su andar.
Es mujer y es ella…,
la que parece que no hace,
pero, en su silencio, ¡construye, soluciona, edifica, fortalece, motiva, apoya y da vida!
¡Nunca estática, ni mimetizada!
Creadora constante en su hacer de cada día.

¡Sí…! Bronce.
Es ella,
y en su generosidad, da el Sí…
Sí, a la vida, con su vida misma.
Sí, al amor.
Sí, a la entrega incondicional.
Sí, a la confianza.
Sí, a la gran responsabilidad del llevar y dar vida…
En un Sí, íntimo, profundo, lleno de hermosas promesas…
Y abrazando con su Sí,
la misión más hermosa,
la responsabilidad más grande,
de entrega y Amor Incondicional…

Mujer,
Madre,
En tu seno, tu gran amor,
de siempre y por siempre,
En tu corazón,
tu niño de ayer
tu niño de hoy
tu niño por siempre
Ma,
guías los pasos de tu chiquito, su andar,
sin importar tiempo,
sin importar edad,
los pasos de su hoy…
y ¡por siempre, a tu mirada, tu niño!

Ma…
cuidaste y guiaste mis pasos,
me enseñaste a caminar, a andar por tus caminos,
en una fusión de tiempos y de momentos;
Ma, eres mi seguridad al andar,
mi luz en el caminar,
mi ejemplo en el seguir sin miedo,
con confianza en mi paso,
bajo tu cuidado,
a tu amorosa mirada;
mi vuelo, mi andar, mi vida…. ¡

