El otro día me fui a tomar un café con una amiga y, con un poco de vergüenza, me dice:
“Caro… es que la semana pasada me leyeron el tarot y me dijeron que mi relación no tiene futuro”
Yo no te juzgo.
A veces buscamos respuestas donde Dios nos da a entender, sobre todo cuando lo que más nos duele es la incertidumbre.
Queremos que alguien, quien sea, nos diga si vale la pena seguir luchando por lo que sentimos.
Si el amor que tenemos alcanza.
Si eso que estamos construyendo… tiene futuro.
Yo también pasé por ahí.
¿Me habló más seco? Seguro ya se está desenamorando.
¿Soñé con él? Seguro anda con otra.
¿La carta del Colgado está invertida? Mejor ni pregunto, porque eso ya suena a que la cosa está patas arriba.
Llegué a prenderle una veladora a San Antonio (de cabeza, claro) y hasta a buscar el significado de ver mariposas negras.
Cuando una quiere respuestas, se agarra de donde puede:
del horóscopo, de la señora con uñas escandalosas, velas y tapete rojo que te lee las cartas, o del consejo de la tía que “todo lo sueña”.
Si me permites un spoiler: nada de eso funcionó.
Ni el tarot me lo aclaró, ni yo estaba lista para ver la respuesta.
Porque la verdad es que el verdadero pronóstico de una relación no está en las cartas ni en la bola de cristal… sino en los actos de todos los días.
Y lo entiendo.
Lo que buscas es consuelo y certeza.
Prender una veladora rosa es mucho más fácil que hacer introspección y preguntarte:
¿Te sientes más tranquila o más ansiosa desde que estás con esa persona?
¿Puedes ser tú misma, sin miedo a ser juzgada o abandonada?
¿Te sientes vista, escuchada, querida?
La psicología también tiene su propio oráculo.
El terapeuta John Gottman, tras décadas de estudiar a miles de parejas, descubrió el famoso principio 5:1:
Las relaciones que funcionan tienen cinco interacciones positivas por cada una negativa, incluso en momentos difíciles.
Un “gracias”, una sonrisa, un gesto amable… todo suma.
Así que acá te comparto algunos microgestos más poderosos que un amarre:
Decir “te ves muy guapa/o hoy” cuando menos lo esperaba.
Hacer contacto visual mientras hablan (sí, sin mirar el celular).
Abrazarse al menos por 20 segundos (libera oxitocina, la hormona del vínculo).
Además, hay otros indicadores reales que nos dicen más que el tarot:
Cómo discuten es más importante que por qué discuten.
Si hay desprecio, evasión o críticas constantes, tu relación no necesita una limpia: necesita terapia.
(Gottman los llama “los Cuatro Jinetes del Apocalipsis”).¿Saben cómo reparar después de un conflicto?
Saber disculparse, validar y buscar soluciones juntos es básico para que tu amarre funcione.¿Aún se admiran?
Si puedes ver lo bueno en tu pareja, incluso en días grises, es un buen augurio.¿Se sienten equipo?
Las parejas con futuro no siempre están de acuerdo, pero saben que están juntos contra las dificultades, no uno contra el otro.
Porque ninguna carta del tarot tiene tanto poder como esto:
Si tienes dudas, habla. Y si sientes que no puedes hablarlo… entonces sí preocúpate.
Antes de preguntarte si tu relación tiene futuro, te invito a preguntarte:
¿Tiene presente?
Caro Hernández