En el marco de la IX Cumbre de jefas y jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), celebrada en Tegucigalpa, Honduras, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, propuso la realización de una Cumbre por el bienestar económico de América Latina y el Caribe, con el objetivo de avanzar hacia una integración económica regional sustentada en la prosperidad compartida y el respeto a las soberanías de los pueblos.
Durante su intervención en la sesión plenaria, Sheinbaum destacó que los lazos históricos, culturales y geográficos que unen a los pueblos latinoamericanos deben traducirse en acciones concretas de cooperación regional que impulsen el bienestar y mejoren las condiciones de vida de la población. “A los pueblos latinoamericanos y caribeños nos hermana la historia, la cultura y la geografía de un continente que se extiende sobre dos hemisferios y entre dos océanos. El comercio y el intercambio económico nos han unido por siglos en la búsqueda de la prosperidad de nuestra gente”, afirmó.
Con un llamado a la unidad, la mandataria sostuvo que “ningún país de América Latina y el Caribe debe quedarse atrás”, enfatizando que la colaboración regional es clave para enfrentar los desafíos globales y construir un futuro con justicia social, desarrollo sustentable y equidad. A partir de esta visión, planteó una serie de propuestas que abarcan desde la autosuficiencia alimentaria y sanitaria, hasta el fortalecimiento de cadenas de suministro médico, la integración comercial complementaria y la cooperación científica y tecnológica.
Resaltó que la región, con una población joven de más de 663 millones de personas y un Producto Interno Bruto conjunto de aproximadamente 6.6 trillones de dólares, posee un potencial enorme para generar un modelo propio de desarrollo. “Somos la principal región exportadora neta de alimentos a nivel mundial. Contamos con más del 30 por ciento de los bosques primarios del planeta, 33 por ciento del agua dulce, casi 20 por ciento de las reservas mundiales de petróleo y al menos 25 por ciento de minerales estratégicos”, detalló.
Asimismo, subrayó que este esfuerzo por una mayor integración regional debe estar acompañado por una política exterior centrada en el respeto a la soberanía, el diálogo, la paz y la autodeterminación de los pueblos. En este sentido, reiteró el rechazo de México a las sanciones y bloqueos comerciales que afectan directamente a la población. “Rechazamos, como lo ha hecho históricamente México, las sanciones y bloqueos comerciales que solo dañan el bienestar de los pueblos y no construyen regiones de paz y prosperidad. No al bloqueo a Cuba. No al bloqueo a Venezuela”, sostuvo.
En su mensaje la mandataria, también enfatizó la necesidad de atender la movilidad humana desde una perspectiva humanista, centrada en las causas estructurales que obligan a millones de personas a migrar. “Rechazamos el racismo, el clasismo, la violación a los derechos humanos y la criminalización de hermanos de nuestro continente que por alguna causa han tenido la necesidad de migrar hacia el Norte”, expresó.
Como representante de un país que emprendió hace seis años el camino de la Cuarta Transformación —una etapa política basada en el Humanismo Mexicano y orientada a la construcción de derechos universales— Sheinbaum compartió que en México se trabaja todos los días por consolidar una democracia con justicia social, con la premisa de que “por el bien de todos, primero los pobres”.
Finalmente, la presidenta celebró que esta edición de la CELAC marque un nuevo ciclo para el organismo regional, recordando que han pasado 15 años desde su primer encuentro. Reconoció que el escenario mundial ha cambiado drásticamente, y que es tiempo de reafirmar la vocación solidaria de América Latina y el Caribe para responder a los desafíos globales de forma conjunta. “Hoy más que nunca, es un buen momento para reconocer que América Latina y el Caribe requieren de unidad y solidaridad de sus gobiernos y sus pueblos”, expresó.
La Cumbre de la CELAC reúne a representantes de 33 países de la región y, en esta edición, marca el traspaso de la presidencia pro tempore de Honduras a Colombia, en un momento clave para renovar los compromisos de integración y cooperación regional.
