Siempre hay algo nuevo por llegar

Siempre hay algo nuevo por llegar.
Está ahí, un poco más adelante.
Asómate. Ponte de puntillas. ¿Lo ves?
¿Todavía no?
Ten paciencia, lo acabarás viendo.

La vida está a la vuelta de la esquina.

Siempre hay algo nuevo que está a punto de llegar.
Si no, no estarías vivo.
Porque la vida te la regalaron justo para eso.

Personalmente, siempre que he dudado de si esto era todo,
la vida me ha cogido de las piernas, me ha lanzado por los aires
y me ha enseñado que lo mejor estaba aún por llegar.

Lo tienes delante. AHÍ delante.

Así que tú, tan solo,
muévete, haz cosas (si puede ser, hazlas bien),
métele pólvora, agita la coctelera, toca la maraca y tensa la cuerda.

Y entonces, ocurrirá.

Y llegará una carcajada.
Una cita emocionante.
Mariposas.
Los dos segundos antes de un beso,
cuando sabes que es inminente y está a punto de estallar.

Llegará un éxito (aún nos quedan éxitos).
Un viaje inolvidable,
un verano pirata
y un coche lleno de arena de playa.

Un polvazo.

Llegará un nuevo bocado de algo que antes nunca habías probado
y que te haga decir: “jo-der”.

Un cocktail que te robe el corazón.
Un chorro de lima en la boca
y un poco de pescado crudo justo cuando más hambre tienes.

Todavía no te has comido la ostra más rica de tu vida.

Harás las cosas bien. Lo clavarás.
Y pensarás: “Joder, lo he clavado.”
Terminarás,
estarás orgulloso de cómo lo has hecho
y sonreirás.

Llegará.

Y entonces huirás de los que creen que más vale malo conocido que bueno por conocer.
Negarás la palabra a los que se quedan con el pájaro en mano
y se olvidan de los otros cien que tienen alas.
Y retirarás el saludo a los que dicen que lo bueno, si es breve, es dos veces bueno.

2025 se presenta nuevo, largo, ancho y salvaje.
Un año que empieza,
que nos recuerda que estamos vivos
y que aún hay mucho por hacer.

Y que lo tenemos que hacer nosotros,
porque si no lo hacemos nosotros, no lo va a hacer nadie.

Porque jamás me quedaré con lo malo conocido
cuando hay un mundo entero por conocer.

Porque lo bueno, si es breve, ni me lo enseñes.

Y porque un pájaro en tu mano no vale de nada si no puede volar.

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