Sostenibilidad y responsabilidad social en México: ¿Cómo enfrentan las empresas los desafíos reales?

En México, el discurso empresarial sobre sostenibilidad y responsabilidad social ha cobrado fuerza en los últimos años. Cada vez más organizaciones hablan de ética, medio ambiente, inclusión o reputación corporativa. Sin embargo, cuando se observa con más detalle, surgen preguntas fundamentales: ¿Qué tan integradas están estas prácticas en las empresas mexicanas? ¿Cuántas lo hacen de forma estratégica y medible? ¿Qué obstáculos enfrentan para lograrlo?

Aunque existen casos ejemplares de liderazgo en sostenibilidad, la mayoría de las compañías —especialmente pequeñas y medianas— enfrentan retos profundos que limitan su capacidad para construir un impacto social y ambiental real.

1. Pocas empresas con una responsabilidad estructurada

Aunque México tiene ejemplos de empresas comprometidas con la sostenibilidad (como Bimbo, Cemex y Herdez), la realidad es que la mayoría aún está lejos de integrar estas prácticas de forma sólida y estratégica.

Menos del 2 % de las empresas en México han obtenido el Distintivo ESR (Empresa Socialmente Responsable) que otorga el CEMEFI. Esto significa que el 98 % restante aún no cumple con los criterios básicos de responsabilidad empresarial, que incluyen ética corporativa, vinculación con la comunidad, medio ambiente y condiciones laborales.

2. Sostenibilidad sin estrategia ni medición

Uno de los errores más comunes es reducir la sostenibilidad a acciones aisladas: campañas de reciclaje, donativos ocasionales o declaraciones públicas sin seguimiento. Muchas veces, las empresas carecen de una estrategia ESG (ambiental, social y de gobernanza) bien definida.

Un estudio de PwC México revela que solo el 28 % de las empresas tiene una estrategia ESG formal. Y, de ese porcentaje, la mayoría no cuenta con indicadores claros para medir resultados ni mecanismos para rendir cuentas.

3. Reputación en riesgo por falta de coherencia

Hoy, la reputación empresarial se construye en tiempo real. Las redes sociales y la vigilancia ciudadana han vuelto más vulnerable a cualquier organización. Una sola inconsistencia entre lo que se dice y lo que se hace puede afectar seriamente la imagen de una marca.

El ranking Merco México 2024 muestra que la confianza del público ha disminuido en 12 de los 15 sectores evaluados, y que uno de los factores más señalados por los expertos es la falta de compromiso social y ambiental auténtico.

4. Ausencia de cultura empresarial responsable

En muchas organizaciones, aún persiste la idea de que la sostenibilidad es un gasto o una obligación externa, en lugar de entenderse como una inversión de largo plazo. La responsabilidad social no debe quedarse en el departamento de comunicación o relaciones públicas. Tiene que formar parte de la cultura interna, desde la alta dirección hasta el personal operativo.

El Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) advierte que hay una baja integración de criterios de sostenibilidad en los procesos de toma de decisiones. Esto impide que las acciones sostenibles se alineen con los objetivos centrales del negocio.

5. Falta de transparencia en reportes e indicadores

Un reto que afecta directamente la credibilidad empresarial es la escasa transparencia en torno a los resultados ambientales y sociales. Aunque existen estándares internacionales —como los de Global Reporting Initiative (GRI)—, son pocas las empresas mexicanas que publican reportes ESG con datos claros, comparables y verificables.

La ausencia de estos reportes limita no solo la rendición de cuentas, sino también la posibilidad de atraer inversión con enfoque sostenible, que hoy es una tendencia global.

¿Qué se necesita para cambiar esta realidad?

Para avanzar en sostenibilidad y responsabilidad social de manera auténtica, las empresas mexicanas necesitan:

  • Compromiso real desde la alta dirección.

  • Capacitación interna y cultura organizacional orientada al impacto.

  • Integración de indicadores ESG en sus estrategias corporativas.

  • Alianzas con el sector público, sociedad civil y la academia.

  • Transparencia y comunicación honesta con sus grupos de interés.

Los casos exitosos —como Grupo Bimbo, Cemex o Herdez— demuestran que sí es posible avanzar. Pero el cambio estructural debe ser mucho más amplio y no depender únicamente de las grandes corporaciones.

Nos queda ya muy claro, que la sostenibilidad no puede seguir siendo una etiqueta. Las empresas mexicanas tienen en sus manos una gran oportunidad: pasar del discurso a la acción, de lo superficial a lo estratégico, de lo reactivo a lo transformador. Esto no solo fortalece su reputación, también genera valor económico, social y ambiental.

El futuro empresarial en México depende, en gran medida, de que las organizaciones entiendan que ser responsables no es una moda… es una forma inteligente y necesaria de hacer negocios.


 
Fuentes consultadas:
 
  • Centro Mexicano para la Filantropía (CEMEFI) – https://cemefi.org
  • PwC México – ESG y Sostenibilidad en México 2024 – https://www.pwc.com/mx
  • Merco Responsabilidad ESG México 2024 – https://www.merco.info/mx
  • Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) – https://imco.org.mx
  • Global Reporting Initiative (GRI) – https://www.globalreporting.org

— Adriana Duarte

Compartir:

Artículos relacionados