UNAM consolida su liderazgo en igualdad de género: cinco años de avances institucionales inspiran a otras universidades

Foto: Dirección General de Comunicación Social UNAM

A cinco años de la creación de la Coordinación para la Igualdad de Género en la UNAM (CIGU), esta casa de estudios se ha posicionado como referente nacional e internacional en políticas institucionales de igualdad, gracias a transformaciones profundas que han permeado desde la estructura administrativa hasta los contenidos de la investigación académica.

La titular de la CIGU, Norma Blazquez Graf, subrayó que “se registran cambios importantes a nivel institucional y de contenidos de la investigación. Además de asignaturas nuevas, en las áreas se ha impulsado la visibilización de la participación de las mujeres en la generación del conocimiento”. Esta transformación responde no solo a las exigencias de la comunidad universitaria, sino también al contexto global que exige igualdad sustantiva en las instituciones de educación superior.

Durante su participación en el programa Violeta y oro, producido por la CIGU y Radio UNAM, con el tema “CIGU: 5 años construyendo igualdad”, Blazquez Graf explicó que la coordinación surgió en un momento histórico. “En el caso de la UNAM también hay un contexto activista”, reconoció. Recordó que desde los años 70, con el Grupo Autónomo de Mujeres Universitarias, ya se demandaban acciones concretas para atender la violencia de género en la Universidad. Esta exigencia se reactivó con fuerza en 2019, cuando movimientos estudiantiles lograron que la institución respondiera de forma estructural.

Fruto de esta evolución, el Consejo Universitario creó comisiones dedicadas a la equidad —hoy Comisión Especial de Igualdad de Género— que promovieron reformas en la legislación universitaria y en las estructuras de gobierno. “Uno de ellos es esta Coordinación”, puntualizó Blazquez Graf, al destacar que la UNAM es hoy una guía para otras instituciones que buscan implementar protocolos, normativas y programas con perspectiva de género.

A través de la CIGU se ha construido una red de trabajo que alcanza a cada entidad y dependencia universitaria. Entre los mecanismos implementados destacan las comisiones internas de igualdad de género, que permiten recoger las problemáticas específicas de cada comunidad para darles atención efectiva. Además, existen personas orientadoras comunitarias, voluntarias, capacitadas e independientes, que fungen como primer canal de apoyo en casos de violencia.

Otro de los avances señalados es el programa de trabajo con hombres, enfocado en sensibilizar a estudiantes, docentes, administrativos y funcionarios sobre la necesidad de construir relaciones libres de violencia, exclusión y discriminación.

En la misma emisión del programa, Leticia Cano Soriano, profesora y exdirectora de la Escuela Nacional de Trabajo Social, expresó que “cuando hablamos de institucionalizar, hablamos de visibilizar una perspectiva tan importante, la de género, y de cómo nos reconocemos en el día a día”. Subrayó que en el actual Plan de Desarrollo Institucional de la Rectoría, los ejes de perspectiva de género y sostenibilidad tienen un lugar prioritario. Cano recordó que desde 2016 se trabajaba en propuestas como el uso del lenguaje incluyente y la incorporación de la igualdad de género en los planes de estudio.

“En el último lustro hay avances sustanciales en capacitación, formación y en la visibilización del tema de masculinidades, pero todavía hay mucho por hacer”, advirtió. A su juicio, este es un momento crucial para definir nuevas estrategias y consolidar una verdadera política de igualdad sustantiva en la UNAM.

Por su parte, Ana Buquet Corleto, exdirectora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) y actualmente investigadora visitante en la Universidad Complutense de Madrid, celebró que “propuestas presentadas hace décadas se concretaron en 2020 cuando se creó la CIGU”. Entre los logros destacó las reformas estatutarias fundamentales, como los artículos que regulan la atención a la violencia de género, las funciones del Tribunal Universitario, y la creación de la actual Defensoría de los Derechos Universitarios, Igualdad y Atención de la Violencia de Género.

Para Buquet, el establecimiento de la CIGU representa un avance trascendental, ya que “es un espacio que se encuentra en un alto nivel de la jerarquía universitaria y tiene capacidad de coordinación. Es el brazo ejecutivo fundamental para actuar en torno a estos temas; es un anhelo perseguido desde hace muchos años”.

La Universidad Nacional Autónoma de México demuestra con hechos su compromiso con la equidad, y al hacerlo, inspira a otras instituciones del país a repensar sus estructuras con una mirada igualitaria, donde la justicia de género deje de ser una aspiración y se convierta en una práctica cotidiana.

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