Foto: Dirección General de Comunicación Social UNAM
El empleo de la inteligencia artificial (IA) en el ámbito educativo ha crecido de manera exponencial y natural entre estudiantes y docentes, sin necesidad de entrenamiento previo. Así lo reveló Myrna Hernández Gutiérrez, académica de la Coordinación de Universidad Abierta y Educación Digital de la UNAM, durante el Primer Congreso Internacional de Inteligencia Artificial, organizado por esta casa de estudios.
“La IA generativa, enfocada a localizar información, está propiciando una integración didáctica real a través de la alfabetización, la formación y la capacitación continua”, explicó. Este tipo de tecnologías, añadió, ya se utiliza ampliamente entre la comunidad universitaria, especialmente en los niveles de bachillerato, donde estudiantes y profesores interactúan con herramientas como ChatGPT para mejorar sus procesos de enseñanza y aprendizaje.
Con base en una encuesta realizada en noviembre de 2024 por la Coordinación de Evaluación, Innovación y Desarrollo Educativos de la UNAM —a más de dos mil docentes y cuatro mil estudiantes—, se detectó que el 83 por ciento del profesorado y el 88 por ciento del alumnado ya ha empleado alguna forma de inteligencia artificial. En bachillerato, el uso por parte de docentes se centra en el diseño de actividades y materiales de apoyo; mientras que los estudiantes la utilizan principalmente para obtener explicaciones más accesibles y resolver dudas específicas.
“Lo que sí sabíamos era que había que valorar de manera crítica la incorporación de la inteligencia artificial generativa a la educación para integrarla de manera responsable y adecuada”, subrayó Hernández Gutiérrez, quien también es doctora en Pedagogía y maestra en Comunicación y Tecnologías Educativas por la UNAM.
Durante su participación en un encuentro híbrido con sede en el área de Posgrado de la Facultad de Contaduría y Administración (FCyA), la especialista recordó que ChatGPT alcanzó los 100 millones de usuarios en solo dos mesestras su lanzamiento en 2022, cifra que subió a 400 millones en 2025. Esta adopción masiva, dijo, ha ocurrido sin una curva formal de aprendizaje, lo que evidencia un fenómeno de apropiación tecnológica sin precedentes.
Por su parte, Francisco David Mejía Rodríguez, rector de la Universidad Internacional de la Rioja en México y miembro de la Academia Mexicana de Informática, explicó que la inteligencia artificial tiene una trayectoria larga en el ámbito educativo. “Ha tenido una larga y variada trayectoria en la educación antes de que aparecieran los LLM (Large Language Models), como ChatGPT. Los científicos llevan un buen rato tratando de llegar al procesamiento del lenguaje natural, es decir, que pudiéramos hablar con la máquina y que nos entendiera”, afirmó.
El también actuario y maestro en Ciencias por la UNAM recordó que en los años 70 y 80 comenzaron los primeros experimentos con sistemas de tutoría inteligente en Estados Unidos, como el Stanford Artificial Intelligence Laboratory (SAIL), que junto con Xerox puso en marcha las bases del correo electrónico. Mencionó también la histórica partida de ajedrez entre Gari Kaspárov y la supercomputadora Deep Blue de IBM, un momento simbólico del avance de las máquinas frente a las habilidades humanas.
Hoy en día, puntualizó Mejía Rodríguez, los usos de la IA en educación abarcan desde la instrucción personalizada y retroalimentación automática, hasta la evaluación automatizada, la personalización del aprendizaje, la detección de estudiantes en riesgo y la recomendación de recursos educativos con base en necesidades específicas.
Durante el panel titulado “Reflexiones y posibilidades de la IA en educación”, moderado por Gabriel Guevara Gutiérrez, jefe de la Licenciatura en Informática de la FCyA, también se discutieron los retos que representa esta tecnología. Mejía advirtió que, de acuerdo con futuristas como Raymond Kurzweil, “en 2030 será complicado para la sociedad en general distinguir cuando se trata con un humano o con una inteligencia artificial.”
En ese mismo espacio, Joaquín Navarro Perales, técnico académico de la Dirección de Proyectos para la Transformación Digital de la Educación, ofreció una guía para el uso ético de estas herramientas en documentos académicos, con el objetivo de evitar el plagio y respetar los principios de integridad intelectual.
Además, señaló las diferencias entre herramientas generalistas como ChatGPT o Gemini, que permiten conversaciones abiertas, y plataformas más especializadas como Elicit o Consensus, que ofrecen acceso a investigaciones científicas y literatura académica confiable.
La jornada dejó claro que la inteligencia artificial ya forma parte del ecosistema educativo, y aunque no sustituye al pensamiento crítico, sí representa una oportunidad para repensar los métodos tradicionales y transitar hacia una educación más dinámica, adaptativa y centrada en el estudiante.