El lema de la UNAM, “Por mi raza hablará el espíritu”, aprobado junto con el escudo universitario el 27 de abril de 1921 por el Consejo Universitario, sigue siendo un faro de identidad, soberanía y resistencia frente a los embates del racismo, el imperialismo y el materialismo, afirmó el investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, Fernando Vizcaíno Guerra.

En el marco del 104 aniversario de estos emblemas propuestos por José Vasconcelos, el académico subraya que el lema debe entenderse como una declaración política y cultural latinoamericana. En entrevista, explicó que está más vigente que nunca si se considera el clima actual de intolerancia y supremacismo blanco que se intensifica en discursos y políticas de Estados Unidos.

Vizcaíno Guerra sostiene que Vasconcelos construyó este símbolo como una respuesta filosófica y estética contra el dominio anglosajón, y a favor de una cultura con raíz espiritual, plural y profundamente humana. El escudo de la UNAM —con un mapa de América Latina, un águila y un cóndor, sostenido por volcanes y un nopal— refleja esa visión de una patria cultural que trasciende fronteras.

“Veámoslo como un proyecto de liberación, de defensa de nuestra cultura y de oposición al materialismo. Como una manera de construir soluciones distintas desde el amor, el arte y la filosofía”, dijo el investigador.

Recordó también que el lema ha resonado entre las comunidades latinas en Estados Unidos, sobre todo en los movimientos por los derechos civiles, donde llegó a adaptarse en consignas como “Por mi raza habla el espíritu”, mostrando su poder para articular identidad, orgullo y lucha.

Finalmente, Vizcaíno concluyó que la frase resume el debate histórico y contemporáneo entre la necesidad de construir una cultura nacional soberana y el reconocimiento de nuestras raíces mestizas, indígenas y latinoamericanas: un llamado vigente para repensar la libertad y la justicia desde nuestra historia.