Acceso a la justicia, clave para entender la desigualdad en el mundo: expertos

Foto: Dirección General de Comunicación Social UNAM

La desigualdad no es solo una cuestión de dinero, sino de justicia. Así lo señalaron especialistas de distintas disciplinas durante la Primera Jornada del Seminario Desigualdad Socioeconómica, Sistema de Justicia y Derechos Humanos, organizada por el Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED), el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, OXFAM México y la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

En el arranque del encuentro, el coordinador del PUED, Enrique Provencio Durazo, advirtió que la ola de desigualdad creciente que se ha extendido en las últimas décadas está profundamente vinculada con problemas estructurales en el acceso a la justicia. “Las desigualdades se entendían a partir de la estructura económica, pero en la actualidad se sabe que eso no es así, ya que su matriz estructural pasa por el acceso a la justicia, su reconocimiento y el cumplimiento de las garantías inalienables”, explicó.

Desde el aula Dr. Guillermo Floris Margadant, del IIJ, Provencio alertó sobre una regresión en los avances logrados en el combate a la desigualdad: “En diversas naciones se observa una ofensiva en las políticas contra la desigualdad; esto se está convirtiendo en una regresión de lo que se había conseguido”.

Por su parte, el secretario Académico del IIJ, Mauricio Padrón Innamorato, amplió la mirada sobre la desigualdad y precisó que no se limita a la brecha entre ricos y pobres. “El acceso a la justicia es especialmente importante en los problemas cotidianos que pueden tener consecuencias a largo plazo”, dijo. Destacó que contar con información sobre las leyes y vías disponibles para resolver conflictos puede ser decisivo para disminuir las asimetrías sociales.

En la misma línea, Alejandra Rabasa Salinas, titular de la Unidad General de Conocimiento Científico y Derechos Humanos de la SCJN, enfatizó el papel central de la justicia en cualquier democracia que aspire a ser legítima. “La búsqueda de la igualdad está en el centro de los sistemas de justicia y de los estados de derecho, de las democracias y de la razón de ser de cualquiera de estos que intente tener estructuras para su impartición”, apuntó. También advirtió que “la disparidad económica está en el centro de varios de los problemas más dolorosos y persistentes como la violencia, los altos índices de criminalidad y la desconfianza en las instituciones”.

La directora general de OXFAM México, Alexandra Hass, planteó una reflexión profunda sobre el poder económico y su impacto en los procesos democráticos. Recordó un estudio de la organización que predice que “en diez años se tendrá en Estados Unidos el primer trillonario en el mundo, mientras que se necesitarían 250 años para decrecer la pobreza”. Esa proyección, añadió, evidencia la enorme distancia entre la eficacia del modelo económico para concentrar riqueza y su incapacidad para reducir la desigualdad.

“La diferencia entre la efectividad que tiene la política económica para generar acumulación de riqueza, frente a la inefectividad para aminorar la desigualdad y la pobreza, son claras y eso es un llamado a poner en común el conocimiento, las ideas de la política, la economía y el derecho para que podamos construir un futuro distinto”, concluyó.

La jornada sirvió para reafirmar que enfrentar la desigualdad exige más que ajustes económicos: requiere repensar la forma en que se distribuye el acceso a la justicia, se ejercen los derechos y se construyen las instituciones que deberían garantizar condiciones más equitativas para todos.

Compartir:

Artículos relacionados