Foto: Dirección General de Comunicación Social UNAM
La relación entre China y América Latina atraviesa un momento de fortalecimiento y proyección, en un contexto de reconfiguración del orden global que abre una ventana de oportunidad para redefinir alianzas. Así lo destacaron expertos durante la mesa de análisis “La CELAC y China frente a la reconfiguración del orden global”, organizada por el Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe (CIALC) de la UNAM.
El doctor José Briceño Ruiz, investigador del CIALC, afirmó que China se está posicionando como un socio confiable para América Latina, con una agenda diferenciada de la que históricamente ha marcado la relación con Estados Unidos. “Claramente hay un relanzamiento de la relación China y América Latina, una ventana de oportunidad”, aseguró. El experto explicó que la propuesta china se sustenta en principios como la igualdad soberana, el respeto a la no injerencia, la cooperación sur-sur y el beneficio mutuo.
Entre las acciones concretas de China en la región, Briceño Ruiz enumeró líneas de crédito por 9 mil 200 millones de dólares para países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), inversiones en infraestructura, cooperación en áreas como energía limpia, inteligencia artificial y telecomunicaciones, así como la exención de visado para Brasil, Chile, Argentina, Perú y Uruguay.
A esto se suman 3 mil 500 becas gubernamentales, 10 mil lugares de capacitación en China, 500 becas para maestros chinos internacionales y 300 espacios de formación técnica para combatir la pobreza en países de la región.
Briceño también advirtió que, si bien se presenta una oportunidad, las alianzas entre países latinoamericanos no atraviesan su mejor momento. En ese sentido, el IV Foro China-CELAC representa una plataforma útil para enfrentar el contexto internacional marcado por políticas más agresivas de la administración de Donald Trump en Estados Unidos. “Ese encuentro es una fortaleza para coordinarse con el poder global emergente y tomar posiciones que les permitan construir un orden internacional diferente al que planea el mandatario norteamericano”, opinó.
Durante su participación, la académica Claudia Edith Serrano Solares, de la Facultad de Estudios Superiores Aragón, recordó que el Foro China-CELAC fue creado en 2015 como un mecanismo de cooperación alternativa frente a la dependencia histórica de la región con Estados Unidos. En su análisis, China ha mostrado un interés creciente en América Latina debido a su riqueza en recursos estratégicos como hidrocarburos y litio, clave para mantener su expansión industrial.
No obstante, Serrano Solares advirtió que los países latinoamericanos no tienen una postura común frente a las potencias globales. Mencionó que Ecuador, bajo el liderazgo del presidente Daniel Novoa, busca una relación privilegiada con Estados Unidos, mientras que Perú ha mostrado una baja participación en los mecanismos promovidos por la CELAC. “Cambiar de amo no significa ser libre”, decía José Martí, citó la académica, al destacar la necesidad de establecer límites claros en la relación con China para evitar nuevas dependencias.
El experto Roberto Goulart Meneses, de la Universidad Nacional de Brasilia, aportó la visión brasileña sobre este vínculo. Recordó que su país salió de la CELAC durante el mandato de Jair Bolsonaro, pero volvió a integrarse al inicio del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. A pesar de la sensibilidad de su relación con Estados Unidos —quien les ha impuesto aranceles de hasta 50% al hierro y al aluminio—, Goulart Meneses subrayó que China ha invertido en Brasil desde 2009 por un total de 66 billones de dólares, lo que demuestra que existen lazos directos más allá de los foros multilaterales. “Es importante que Brasil participe en foros en los que se favorezcan los multilateralismos”, concluyó.
El análisis dejó en claro que el escenario internacional actual ofrece a América Latina la posibilidad de fortalecer sus relaciones con China desde una postura estratégica, con el reto de mantener su soberanía y equilibrio frente a los intereses globales.