Clara Brugada honra el legado mexica en los 700 años de México-Tenochtitlán

Foto: Gobierno de la Ciudad de México

Con un llamado a mantener viva la memoria de los pueblos originarios, la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada Molina, participó en la conmemoración por los 700 años de la Fundación de México-Tenochtitlán, realizada en el Zócalo capitalino junto a la Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo.

Desde el corazón de la antigua ciudad mexica, Clara Brugada aseguró que el legado de esta gran civilización permanece vivo en la historia, la cultura y la conciencia colectiva del pueblo mexicano. “Hoy es el día, como hace 700 años, en que el sol vuela como una inmensa y poderosa águila sobre la Cuenca de México”, expresó durante su mensaje, evocando el símbolo fundacional que aún guía el espíritu de la nación.

La mandataria local resaltó que México-Tenochtitlán no sólo fue una ciudad majestuosa, sino una civilización profundamente avanzada en astronomía, arquitectura, agricultura y organización social. Sus templos, chinampas, calzadas y mercados, dijo, continúan presentes bajo las piedras del Centro Histórico y en el alma de una ciudad que resiste y evoluciona.

Quienes tenemos su sangre y su color, lo vamos a decir y lo vamos a comunicar. Mientras exista el mundo, vivirá para siempre la gloria de México-Tenochtitlán”, afirmó Brugada Molina, al rendir homenaje a líderes mexicas como Moctezuma, Cuitláhuac, Cuauhtémoc y Tecuichpo, así como a las deidades femeninas del panteón náhuatl: “Que viva Coatlicue, que viva Coyoacán, que viva Tlaltecuhtli”.

Durante el acto conmemorativo, también tomó la palabra la Presidenta Claudia Sheinbaum, quien afirmó que recordar a Tenochtitlán no es hablar de un pasado muerto, sino del pulso vivo que late bajo la Ciudad de México. “Fue símbolo de organización, de poder, de ciencia, de arte y de visión”, declaró ante miles de asistentes.

Sheinbaum destacó que México nació mucho antes de la llegada de los españoles, con civilizaciones como los mayas, zapotecas, mixtecos, purépechas y mexicas, cuyo legado perdura en la lengua náhuatl, en el maíz, en la medicina tradicional, en los nombres de pueblos y montañas, y en la resistencia de los pueblos originarios.

Recuperar el legado de Tenochtitlán no es nostalgia, es esperanza: una semilla que sigue viva en barrios como Iztapalapa, en los pueblos de Tlalpan, en las mujeres que enseñan su lengua, en los jóvenes que luchan contra el racismo y en las familias que siguen sembrando como sus abuelos”, afirmó la presidenta.

Previo al acto oficial, Clara Brugada y Claudia Sheinbaum, acompañadas por los secretarios de la Defensa Nacional y de Marina, inauguraron la piedra conmemorativa colocada en el sitio donde hace siete siglos se alzaron los templos sagrados del centro ceremonial mexica.

La jornada culminó con la puesta en escena México-Tenochtitlán. Siete Siglos de Legado de Grandeza, una producción monumental en la que participaron más de 3 mil 500 personas, entre danzantes, músicos, actores y voluntarios de las comunidades de Pilares y Utopías.

Mediante coreografías circulares, rituales en vivo, escenografía monumental y efectos visuales, se representó la migración de los mexicas desde Aztlán hasta el Valle de México, donde fundaron su gran ciudad. En el centro del Zócalo se instaló una réplica del islote original y del Templo Mayor, elementos que acompañaron escenas clave como el encuentro con Huitzilopochtli y la fundación del altépetl.

Este acto no solo conmemoró el pasado, sino que reafirmó el compromiso del gobierno capitalino por preservar y proyectar las raíces indígenas como parte esencial de la identidad de la Ciudad de México.

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