Con inteligencia artificial, científicos mexicanos detectan fases de la enfermedad de Chagas y alertan sobre su avance en ciudades

Foto: Dirección General de Comunicación Social UNAM

Aunque durante mucho tiempo se creyó que era un problema exclusivo de comunidades rurales, la enfermedad de Chagas ya se encuentra también en ciudades como Mérida, en Yucatán, y afecta silenciosamente a miles de personas en México. La buena noticia es que la tecnología comienza a ser una aliada poderosa en su detección temprana, gracias a los avances de especialistas como Nidiyare Hevia Montiel, académica del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la UNAM, sede Mérida.

Aprovechando el Día Mundial de la Enfermedad de Chagas, que se conmemora cada 14 de abril, la investigadora recuerda que esta afección sigue siendo un riesgo latente: se transmite por la picadura de la chinche besucona, pero también por transfusiones, durante el embarazo o incluso por vía oral. Aunque las muertes por Chagas han disminuido, el daño que causa en el corazón, el sistema digestivo y el nervioso puede ser irreversible.

Hevia Montiel, junto con un equipo multidisciplinario e interinstitucional, ha desarrollado modelos experimentales que integran inteligencia artificial para detectar el daño cardíaco asociado con esta enfermedad. “Mediante el análisis de imágenes, podemos automatizar la identificación del parásito y hacerla más objetiva”, explica. Esto se logra gracias a técnicas de visión computacional, que permiten reconocer al Trypanosoma cruzi por su forma: alargada cuando circula en la sangre y esférica al interior de las células. Además, los algoritmos permiten ubicar “nidos” del parásito incrustados en los tejidos.

El proyecto va más allá del microscopio: el equipo analiza señales Doppler del flujo sanguíneo, ecocardiogramas, electrocardiogramas y ultrasonidos, con el objetivo de crear un estudio multimodal y retrospectivo que permita entender cómo evoluciona el daño en el corazón a lo largo del tiempo. “Estamos tratando de determinar cómo se afecta la función cardíaca en diferentes etapas de la vida”, señala.

En colaboración con la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y la Universidad Autónoma de Baja California, los científicos han logrado que algoritmos de machine learning y deep learning detecten automáticamente parásitos en imágenes histológicas y hasta identifiquen cicatrices en el tejido cardíaco, todo en modelos animales y con resultados prometedores.

La importancia de este trabajo no es menor: la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que entre siete y 10 millones de personas viven con Chagas, una enfermedad causada por el protozoo Trypanosoma cruzi. En América se reportan anualmente 30 mil casos nuevos y 12 mil muertes, y tres de cada 10 pacientes en fase crónica presentan problemas cardíacos. En México, el Centro Nacional de Prevención y Control de Enfermedades reporta que entre 2018 y 2024 se registraron 6,498 casos, la mayoría en fase crónica. Los estados con más incidencia son Veracruz, Yucatán, Oaxaca, Morelos, Chiapas, Jalisco y Estado de México.

“Aunque se piensa que afecta solo a poblaciones vulnerables en zonas rurales, ya se encuentra en áreas urbanas; aquí en Mérida es un insecto relativamente común”, advierte Hevia Montiel. Esto aumenta el riesgo en contextos donde la gente podría no estar preparada para reconocer los síntomas o actuar a tiempo.

El problema es que la enfermedad se presenta de forma silenciosa. Una vez que la chinche besucona pica a una persona y defeca en la herida, el parásito entra al organismo. “Las cepas en México tienen preferencia por alojarse en células cardíacas, donde se reproducen”, explica la experta. Luego de 10, 15 o hasta 20 años, el sistema inmune comienza a atacar esas células, generando daño al corazón.

Los síntomas iniciales suelen pasar desapercibidos. “Lo más visible es la hinchazón en la zona de la picadura, pero se confunde con otras causas”, dice. En muchos casos, la primera señal real llega demasiado tarde, cuando ya hay fibrosis o falla cardíaca. Por eso, muchos casos están subdiagnosticados, y es probable que la enfermedad sea la causa oculta de infartos que no se explican.

Actualmente existen dos medicamentos para tratar el Chagas, pero no se venden en farmacias; los distribuye exclusivamente el sector salud. En caso de picadura, Hevia Montiel recomienda no matar al insecto, capturarlo y llevarlo al centro de salud más cercano o, en Mérida, a la UNAM, para analizar si está infectado y recibir atención oportuna. Si no se tiene al insecto, se pueden realizar pruebas serológicas con análisis de sangre para confirmar la presencia del parásito.

La primera vez que se conmemoró el Día Mundial de la Enfermedad de Chagas fue en 2020. Para la OMS, sensibilizar sobre este padecimiento es clave para mejorar la detección, curación temprana e interrumpir su transmisión. Gracias a investigadores como Nidiyare Hevia Montiel y su equipo, hoy la inteligencia artificial abre una nueva posibilidad: detectar antes, tratar mejor y salvar vidas.

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