Foto: Gobierno del Estado de Yucatán
Con talento, ciencia y compromiso social, estudiantes de la Universidad Politécnica de Yucatán (UPY) brillaron en el programa International Research Alliance Program (IRAP) de la Texas A&M University, al presentar proyectos que abordan desafíos ambientales compartidos entre la Península de Yucatán y el estado de Texas. “Queremos que nuestras ideas mejoren vidas, aquí y allá”, expresó Daniela Sosa Moreno, una de las participantes.
Entre las propuestas más destacadas se encuentra la adaptación del “Malqaf”, un sistema de enfriamiento pasivo originario de Medio Oriente que funciona como un “cazador de viento” y no requiere electricidad. El equipo conformado por Daniela Sosa Moreno, Emir Humberto Magaña Patrón, Giselle Hernández, Alexandra Vázquez y Renzo Tognetti, en colaboración con universitarios texanos, demostró mediante simulaciones en Python que un Malqaf modificado puede ser tan eficiente como un ventilador de techo, con la ventaja de reducir el consumo energético y la huella de carbono. “Es una alternativa ecológica y económica para quienes no pueden costear aire acondicionado”, explicó Magaña Patrón.
El diseño contempla materiales locales y mejoras como deshumidificadores y filtros de aire, con el objetivo de crear un sistema replicable que alivie la carga económica de las familias en situación de vulnerabilidad. “La alta humedad es un reto en ambas regiones, pero también una oportunidad para innovar”, señaló Giselle Hernández.
Otro proyecto relevante fue liderado por Naomi Hernández Rosas, quien junto a estudiantes de la A&M investigó la contaminación de acuíferos por estiércol de ganado, un problema crítico en zonas con alta vulnerabilidad hidrogeológica. El estudio analiza cómo el manejo inadecuado de los desechos pecuarios permite la infiltración de compuestos nocivos como nitrógeno, fósforo y patógenos en las fuentes de agua potable. “Proteger el agua es proteger la vida”, afirmó Hernández Rosas.
La investigación propone soluciones como catalizadores microbianos y zanjas ecológicas, que no solo mitigan el impacto ambiental, sino que promueven prácticas agrícolas sostenibles. “Queremos que el campo sea productivo sin poner en riesgo la salud de las comunidades”, agregó Alejandro Ramírez Quintal, integrante del equipo.
La participación de Ana Grajales Rodríguez, Jorge Alexis Medina y otros estudiantes de la UPY en este programa internacional refuerza los vínculos académicos entre México y Estados Unidos, y demuestra que la juventud yucateca está lista para aportar soluciones reales a los retos globales. “La ciencia no tiene fronteras cuando se trata de mejorar el mundo”, concluyó Renzo Tognetti.
Desde Ucú, Yucatán, hasta College Station, Texas, las ideas de estos jóvenes investigadores avanzan con fuerza, llevando consigo el compromiso de construir un futuro más sostenible, justo y colaborativo.