Foto: Dirección General de Comunicación Social UNAM
En un ambiente de intercambio y reflexión, el IV Congreso Internacional de Lenguas, Lingüística y Traducción se consolidó como un espacio donde la palabra adquiere fuerza para tender puentes entre tradición e innovación. Reunidos en la Escuela Nacional de Lenguas, Lingüística y Traducción (ENALLT) de la UNAM, investigadores, intérpretes, traductores, estudiantes y profesionales de más de diez países —entre ellos Argentina, Colombia, Brasil, España, Francia, Italia, Polonia, Noruega, Puerto Rico y Estados Unidos— dialogaron sobre el papel que tienen las lenguas en un mundo en constante cambio.
El director de la ENALLT, Arturo Mendoza Ramos, recordó que esta iniciativa nació hace ocho años con la convicción de que “el conocimiento compartido transforma y el diálogo académico es una de las herramientas más poderosas para construir comunidad”. El programa incluyó talleres sobre inteligencia artificial y lenguas, perspectiva de género, aprendizaje de la lengua a través de la historia y la cultura, así como arte contemporáneo. También se abordaron temas como la terminología en traducción e interpretación en la era de la IA, el valor de las lenguas originarias como náhuatl y purépecha, el discurso político y las dimensiones afectivas del lenguaje.
Para Ioana Cornea, jefa del Departamento de Investigación de la ENALLT, el Congreso es un espacio donde la lengua, la lingüística y la traducción dialogan de manera interdisciplinaria. Este año, resaltó la inclusión de la Lengua de Señas Mexicana como elemento esencial de la comunicación colectiva, junto con la promoción de la riqueza lingüística del país, que cuenta con 68 lenguas originarias y 364 variantes. “Es un espacio donde la palabra se fortifica como vehículo de pensamiento crítico y transformador, una herramienta para construir sociedades más justas e incluyentes”, afirmó.
Entre las conferencias destacadas estuvo la de Josaphat Enrique Guillén Escamilla, investigador del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, quien habló sobre “Lingüística clínica, lenguaje, comunicación e interacción”. Explicó que esta disciplina aplica teorías y metodologías para estudiar alteraciones del lenguaje en contextos clínicos, con fines de diagnóstico y rehabilitación, y que requiere la colaboración de profesionales de la salud. Situó esta labor en un marco transdisciplinar junto a la biología, neuropsicología, psicología, medicina y logopedia.
Guillén describió tres etapas en el desarrollo de la lingüística clínica: la prelingüística (antes de los años 70), vinculada a estudios de foniatría; la gramatical (años 70 y 80), influida por la teoría de Noam Chomsky; y la funcional (desde los años 80), que integra los aspectos gramaticales con los pragmáticos.
El encuentro dejó claro que las lenguas, en todas sus formas, son más que herramientas de comunicación: son puentes que enlazan culturas, disciplinas y personas, y que en tiempos de cambios acelerados, se convierten en un acto de resistencia y creación colectiva.