Rector Leonardo Lomelí pone al centro de la reforma universitaria al cuerpo docente

Foto: Dirección General de Comunicación Social UNAM

Leonardo Lomelí Vanegas, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), encabezó la ceremonia del Día del Maestro y la Maestra con un mensaje contundente: “La UNAM no se entiende sin ustedes”, dijo al dirigirse a quienes, desde las aulas, hacen posible la vida académica, científica y cultural de esta casa de estudios. Frente a autoridades universitarias, investigadoras e investigadores eméritos, y 138 docentes con 50 años de trayectoria, el rector subrayó que ninguna reforma será viable sin que el profesorado y el estudiantado estén en el centro.

“No hay educación progresista, científica y humanista sin un cuerpo académico con estabilidad laboral, respaldado, acompañado y genuinamente escuchado”, afirmó desde la Sala Nezahualcóyotl, donde también entregó el Reconocimiento al Mérito Universitario y distinciones a nuevas y nuevos eméritos.

El rector expresó que se continuará fortaleciendo la vida académica con una agenda que dignifique las condiciones del magisterio universitario, impulse su formación continua y promueva el diálogo para transformar los paradigmas educativos actuales. “Enseñar es también resistir: al olvido, al dogma, a la indiferencia, a la desesperanza y a la incertidumbre”, expresó con emoción. Agregó que el compromiso de formar es también un acto de cuidar, de ensanchar vínculos, de nombrar y reimaginar todos los mundos posibles.

Durante la ceremonia, también se reconoció la trayectoria de quienes concluyeron su encargo en la Junta de Gobierno y el Patronato Universitario: Patricia Elena Clark Peralta, Vicente Quirarte Castañeda y Jonathan Davis Arzac. En su intervención, Clark Peralta destacó que “ser maestro es un acto de responsabilidad social” y enfatizó el valor de la autonomía universitaria como garante de libertad, creatividad y profundidad en el ejercicio docente.

Uno de los momentos más significativos del evento fue la entrega de distinciones a quienes fueron nombrados investigadoras e investigadores eméritos: Federico Páez Osuna, Daniel Ignacio Piñero Dalmau, Enrique González González, Gerardo Suárez Reynoso y Carlos Arámburo de la Hoz, así como a las y los nuevos profesores eméritos: Laura Hernández Guzmán, Jorge Arturo Meave del Castillo, Lena Ruiz Azuara, Mariflor Aguilar Rivero y Paolo Antonio Mello Grand Picco.

En representación del grupo emérito, Carlos Arámburo de la Hoz recordó la relevancia histórica de la UNAM para el país. Informó que desde su refundación en 1910, la Universidad ha titulado a más de un millón 165 mil estudiantes, de los cuales el 66% se graduó entre el año 2000 y la actualidad. Esto representa un promedio de 85 titulaciones por día en el último cuarto de siglo, cifra que se incrementó a 116 al día en 2023.

Además, destacó que la UNAM ha recibido a 2 millones 255 mil estudiantes de primer ingreso en el siglo XXI, y que actualmente 373 mil alumnas y alumnos estudian en sus aulas bajo la guía de 43 mil académicos. También recalcó que en 2024, más de 2 millones de personas participaron en programas de educación continua, y que un tercio de la producción científica del país en los últimos 25 años se ha generado en la Universidad, con 256 mil publicaciones y el mayor número de patentes otorgadas en el último lustro.

“Hoy reiteramos nuestro compromiso para que la UNAM siga siendo el principal proyecto educativo, científico y cultural de la nación. El sitio donde se construye el futuro de la patria, y la institución cuya esencia se manifiesta inobjetablemente como el alma de México”, concluyó Arámburo.

Finalmente, la académica Josefina Mac Gregor Gárate, de la Facultad de Filosofía y Letras, pronunció un llamado a reforzar los valores fundamentales en tiempos complejos. “Urge redoblar esfuerzos para preservar este espacio en el que la crítica, sobre una base de reflexión y diálogo respetuoso, nos puede llevar a mejorar las cosas”, expresó, al tiempo que llamó a defender con integridad y constancia a la Universidad.

En esta ceremonia se hizo evidente que, para la comunidad universitaria, el magisterio no es solo una vocación, sino una piedra angular en la construcción de un México más libre, justo y preparado para los desafíos del presente y el futuro.

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