Foto: Dirección General de Comunicación Social UNAM
Mauricio Rodríguez Álvarez, coordinador académico del Programa Universitario de Investigación sobre Riesgos Epidemiológicos y Emergentes (PUIREE) de la UNAM, afirmó que las vacunas no son un acto único, sino un compromiso continuo que se adapta a cada etapa de la vida. Durante el Seminario Vacunas del PUIREE, explicó que los esquemas de inmunización están basados en evidencia científica y se definen cuidadosamente para determinar la composición, vía de administración, número de dosis y los intervalos entre ellas. “Revacunarse cuando corresponde protege el presente y es una inversión en el futuro”, destacó.
La importancia de completar los cuadros de vacunación también fue abordada por María Guadalupe Miranda Novales, académica de la Facultad de Medicina y participante en el mismo seminario, quien recalcó que no se logra inmunidad si los procedimientos no se realizan correctamente. Señaló que durante la pandemia se interrumpieron esquemas de vacunación y esto provocó que virus altamente contagiosos como el sarampión y la tosferina resurjan, causando brotes y afectando especialmente a las poblaciones más vulnerables. “Cuando ocurren interrupciones hay virus altamente contagiosos que provocan enfermedades como sarampión y tosferina”, advirtió.
María Guadalupe Miranda Novales también señaló la necesidad de mejorar la capacitación del personal encargado de aplicar las vacunas, ya que a veces se difieren las dosis por situaciones como un simple goteo nasal o la sospecha de enfermedad en los niños, lo que deja incompletos los esquemas. “Eso se tiene que mejorar; hay que facilitar el acceso, no deben aplicarse solo en los centros de salud o en las unidades de medicina familiar”, comentó.
La experta agregó que son pocas las enfermedades que confieren inmunidad permanente tras haberlas padecido, como el sarampión, pero otras, como la influenza, pierden rápidamente la protección. “Puede cambiar anualmente, es por ello que la revacunación se hace en ese periodo”, explicó, aludiendo a que los anticuerpos que se generan con la vacunación contra la influenza declinan a lo largo de un año.
Sobre la vacunación contra la influenza, detalló que en México el programa contempla su aplicación anual desde los seis meses de edad hasta los 59 meses y a partir de los 60 años, además de personas con factores de riesgo. En el caso de la vacuna contra el COVID-19, actualmente se aplica solo a personas mayores de 60 años o con condiciones de riesgo, sin que haya una recomendación de revacunación anual.
En conjunto, los especialistas subrayaron que mantener los esquemas completos y los refuerzos actualizados es clave para prevenir brotes y proteger a la población. Así, las vacunas dejan de ser un simple trámite para convertirse en un compromiso constante con la salud de todos.